El mantenimiento de edificios es un aspecto fundamental para garantizar su funcionalidad, seguridad y durabilidad a lo largo del tiempo. En este sentido, y, de forma independiente a que sean pequeñas residencias o grandes complejos de viviendas, todos los edificios requieren un mantenimiento regular para conservar su estado óptimo y evitar problemas futuros. Para realizar un mantenimiento adecuado, se deben tener en cuenta dos conceptos diferenciados, el mantenimiento preventivo y el mantenimiento correctivo, que desempeñan un papel crucial en este proceso.

  • El mantenimiento preventivo implica la realización de inspecciones periódicas y ajustes menores con el fin de detectar y corregir posibles problemas antes de que se conviertan en costosas reparaciones. Se trata de una opción ideal, ya que, como bien se sabe, más vale prevenir que curar, y, a largo plazo, es más económico corregir pequeñas imperfecciones a realizar una gran obra.
  • Por otro lado, el mantenimiento correctivo aborda las averías y fallos que ya han ocurrido, buscando soluciones eficientes y rápidas para restaurar la funcionalidad del edificio. Si bien el mantenimiento correctivo suele requerir de más tiempo y dinero, siempre se debe considerar realizarlo lo antes posible, con el fin de solucionar los problemas a brevedad.

Con las diferentes ayudas y subvenciones para la rehabilitación de inmuebles, aparece la figura del agente rehabilitador, una persona físico o persona jurídica, ya sea una entidad de carácter público o de carácter privado, que realiza las funciones de impulsar, controlar y gestionar las ayudas públicas destinadas a rehabilitar los diferentes inmuebles. Al mantener adecuadamente un edificio, se prolonga su vida útil y se optimiza su rendimiento, ya sea para aumentar su valor de mercado de cara a una venta, o, para poder pedir un alquiler más alto en caso de querer ofertarlo como vivienda de alquiler. En este artículo, hablaremos de como el mantenimiento adecuado puede contribuir significativamente a mejorar la eficiencia energética del edificio, reducir así los costes operativos, el impacto ambiental y prevenir gastos mayores a futuros. Además, también abordaremos la manera de garantizar la seguridad de los ocupantes al prevenir accidentes relacionados con el mal estado de las instalaciones.

El rol del agente rehabilitador

El agente rehabilitador desempeña un papel fundamental en la gestión integral de proyectos de rehabilitación y mantenimiento de edificios. Su función abarca desde la planificación inicial hasta la supervisión y ejecución de las obras, asegurando que se cumplan los estándares de calidad, seguridad y sostenibilidad. El agente rehabilitador realiza y emite informes sobre los proyectos técnicos a llevar a cabo, desarrollando de forma eficiente las distintas partes del proyecto de rehabilitación.

Una de las responsabilidades clave del agente rehabilitador es evaluar el estado de los edificios y determinar las acciones necesarias para su conservación y mejora. Esto implica realizar inspecciones detalladas para identificar deficiencias estructurales, problemas de mantenimiento y posibles riesgos para la seguridad de los ocupantes. Tras estas evaluaciones, el agente rehabilitador desarrolla un plan de acción que incluye la definición de las obras necesarias, la estimación de costes y la programación de actividades.

Además de su labor técnica, el agente rehabilitador también juega un papel importante en la implementación de medidas de sostenibilidad y accesibilidad en los edificios. Esto incluye la incorporación de tecnologías eficientes y materiales sostenibles en los proyectos de rehabilitación, así como la adaptación de las instalaciones para garantizar la accesibilidad de personas con movilidad reducida. Para desempeñar eficazmente su función, el agente rehabilitador cuenta con conocimientos sólidos en áreas como la ingeniería civil, la arquitectura y la normativa vigente en materia de construcción y rehabilitación. Además, posee habilidades de gestión de proyectos, capacidad de negociación y una sólida ética profesional para garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad.

Beneficios de la gestión integral

La gestión integral en el mantenimiento de edificios ofrece una serie de beneficios significativos que van más allá de simplemente abordar problemas individuales. Al adoptar un enfoque holístico que involucra a diversos profesionales del sector, se pueden lograr mejoras sustanciales en varios aspectos clave de la gestión de edificios.

  • En primer lugar, la colaboración estrecha entre agentes rehabilitadores, ingenieros, arquitectos y otros expertos permite una evaluación completa de las necesidades del edificio y la identificación de soluciones óptimas. Esto conduce a una mayor eficiencia operativa, ya que se pueden implementar estrategias de mantenimiento preventivo y correctivo de manera más eficaz, minimizando el tiempo de inactividad y los costos asociados.
  • Además, un enfoque integral hacia el mantenimiento de edificios fomenta la sostenibilidad ambiental al promover prácticas y tecnologías que reducen el consumo de recursos naturales y la generación de residuos. Esto incluye la implementación de medidas de eficiencia energética, la incorporación de materiales sostenibles y la adopción de sistemas de gestión de residuos eficientes.
  • Otro beneficio importante es la mejora de la rentabilidad a largo plazo de los edificios. Al invertir en un mantenimiento integral y proactivo, se pueden evitar costosos problemas estructurales y de infraestructura en el futuro, prolongando la vida útil del edificio y manteniendo e incluso aumentando su valor de mercado. Asimismo, como hemos comentado, se consigue que el inmueble gane valor para una posible venta, o, para el alquiler de la vivienda, repercutiendo en un beneficio económico a largo plazo.